2016 Guadalajara, Jalisco
La naturaleza de un campus se caracteriza por su cualidad exterior de ser parte y estar integrado con la ciudad. En este caso, el proyecto se desarrolla dentro de los cuatro primeros niveles de un edificio corporativo, por lo que el reto consistió en integrar el campus a la estructura existente y hacerlo de manera que se viviera con las características de un campus exterior. La estrategia de diseño fue la de hacer un «edificio dentro de un edificio», un campus interior. La centralización del programa y liberar la intervención del perímetro o fachada existente es el gesto que permite la iluminación y ventilación natural de cada uno de los espacios que lo componen, dando lugar a «la calle», el espacio de encuentro que articula el perímetro horizontal y verticalmente, haciendo que estos cuatro niveles se integren como un nuevo campus interior.
Arquitectura: Bernardo Quinzaños, Ignacio Urquiza, Camilo Moreno, Rodrigo Valenzuela Colaboradores: Claudia Gómea Farías, Eduardo de la Cruz, Jennifer La Madrid Construcción: Begoña Manzano, Terral Fotografía: Onnis Luque
Segunda Bienal de Jóvenes Arquitectos
Mención honorífica en la categoría 'Educación'
2017, Ciudad de México
Concurso por invitación
Primer lugar