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EBC Marsella

2012 Ciudad de México, México

La propuesta estuvo determinada por la premisa del respeto máximo a la construcción existente, partiendo del interés de recuperar e intervenir una edificación con estas características. Nunca se pretendió adoptar el mismo lenguaje ni mimetizarse, sino que, a partir de entender las distintas épocas a las que pertenecen, se buscaron las herramientas para crear un diálogo en el que lo nuevo no interfiriera con lo existente. Las formas neutras y la presencia del cristal en el acabado material son estrategias para hacer desaparecer la intervención con el fin de seguir dando protagonismo al edificio existente.

La escala del programa llevó a la decisión de dividirlo en dos volúmenes que pudieran relacionarse de forma sutil con el edificio original: un volumen de proporciones más horizontales que se posa sobre el principal y un segundo, como bloque exento vertical, que articula el final del patio actuando como telón de fondo.

El edificio existente se interviene en el interior para generar un vacío central que actúa a modo de patio distribuidor de comunicaciones verticales y horizontales de todo el conjunto.

Créditos

Arquitectura: Bernardo Quinzaños, Ignacio Urquiza Colaboradores: María Fernanda Téllez, Aida Hurtado, Luis Felipe García Morcillo, Alejandro Cruz Robles, Manuel de la Torre Fotografía: Rodrigo Chapa

Premios

Concurso por invitación
Mención honorífica
2012, Ciudad de México