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Pabellón de las Orquídeas

2023 Puerto Escondido, Oaxaca

El Pabellón de las Orquídeas, diseñado para Casa Wabi, es una estructura de madera, permanente, sustentable y ligera, dedicada a la conservación de las orquídeas en la región de Oaxaca, que plantea la sólida relación entre la diversidad biológica y cultural del paisaje.

Ubicado en las afueras de Puerto Escondido, entre el mar y la montaña, el santuario integra los saberes del trabajo artesanal local de cerámica de barro, palma y madera, con la filosofía japonesa wabi-sabi侘寂, que busca la sabiduría a través de la simplicidad. La construcción, a su vez, es una expresión del concepto japonés ikigai生き甲斐, ‘razón de ser’, que proyecta propósito en su diseño arquitectónico al conjuntar el recurso biocultural que lo habita con el conocimiento tradicional de una comunidad.

Concebido como una máquina simple y austera, el pabellón es una nave triangular a dos aguas, de base semi-enterrada, cuya estructura va tejida con polines de madera y palma, para reproducir la humedad, sombra parcial y buena ventilación necesarios en el cultivo y reproducción de las orquídeas en la región de Oaxaca. La estructura triangular cosecha el agua a través de 12 humidificadores de barro en forma de pirámide invertida, que van distribuidos a lo largo de la cresta del techo. El ambiente húmedo permite el auto-riego de las flores; y el exceso de agua, lo recogen y reciclan unos cuencos de barro en el suelo.

El goteo de agua, protegido por una membrana de madera de los rayos directos del sol, produce un ambiente cálido, húmedo y fresco que transporta a través del aire los nutrientes para que las orquídeas se alimenten por sus raíces aéreas.

A los huéspedes de Casa Wabi, el orquidiario les ofrece un refugio para sentarse a beber agua tras una larga caminata. Recordando que las primeras escuelas del ser humano ocurrieron a la sombra de un árbol, el pabellón comunica también un recorrido contemplativo, ya que el agua que beben las personas es la misma que beben las orquídeas. El sonido del goteo en los cuencos pone en resonancia distintos ciclos naturales con la actividad humana. Este espacio fresco, semi-enterrado, que cambia el horizonte y perspectiva de quienes lo visitan en su descenso a un desnivel de tierra, permite no sólo aprehender la diversidad de especies de orquídeas sino conectarse con la humilde raíz de la vida en un estado de armonía.

Créditos

Arquitectura: Bernardo Quinzaños Colaboradores: Santiago Vélez, Begoña Manzano, Andrés Suárez, Miguel Izaguirre, Florencio de Diego, Carlos Cruz Ay, Javier Castillo, Carlos Molina, Fernanda Ventura Cliente: Fundación Casa Wabi Fotografía de Maqueta: Vanessa Nieves, Arturo Arrieta, CCA Centro de Colaboración Arquitectónica Fotografía: Rafael Gamo, Jaime Navarro